miércoles, 18 de julio de 2012

Un nuevo 18-J

Esta es la segunda vez que no estaré presente en el acto en memoria de las víctimas del Atentando a la AMIA,  frente a  Pasteur 633.
Una fuerte bronquitis me impide moverme de la cama hoy, por lo que tendré que seguir el acto por T.V..
La vez anterior que falté, fue por mejores causas.
Tuve el honor de ser el representante de la Comunidad Judía Argentina en el acto que se realizó en Miami con motivo  del 5° aniversario.
Todavía recuerdo la conmoción que se vivió en esa ocasión, frente a una numerosa audiencia compuesta por  judíos argentinos en su mayoría, pero también por judíos y no judíos que viven en esa ciudad y alrededores.
El JCC (Jewish Comunity Center), en la zona de Aventura, estaba colmando y el deseo de estar presentes junto a nuestra Comunidad de todos los concurrentes era inmenso. Las manifestaciones de adhesión  fueron múltiples. Se presentó una exposición fotográfica, que estuvo bastante tiempo aquí, que se llamó "De los ojos al corazón", y que predisponía a la emoción que luego, los oradores nos harían sentir.
Me precedió en el uso de la palabra uno de los mejores periodistas que ha dado la Argentina, Mario Diament, gran cultivador de la palabra y de la emoción, y que por las razones cíclicas de expulsión de los mejores talentos que tenemos los argentinos, se encontraba viviendo allí, en Miami.
También el Cónsul Israelí en Miami tuvo emocionantes palabras recordando la importancia que tenía la movilización de la Comunidad de Miami, en adhesión a la Comunidad Judía Argentina. En ese momento (a 5 años del atentado) se consideraba insólito que no hubieran aparecido ya los culpables y sus cómplices.
Cuanto tiempo más deberíamos esperar para llegar a este 18 aniversario con los mismos escasos resultados!
Ya próximo a volverme, en la despedida que me hicieron los organizadores, un Rabino de allí, Dovid Brill, me encomendó una tarea tradicional en el pueblo judío desde hace milenios.
Me entregó un billete de 20 dólares para que fuese el emisario de su mensaje de Tzedaká, para entregarlo aquí, para tareas de Acción Social.
La costumbre indica que quien es emisario de un mensaje de Tzedaká, tiene asegurada la protección de D´s para poder cumplir su cometido.
Supongo que no seré el único en sentir esta fuerte sensación de frustración , 13 años después de aquel evento.